Elegir universidad no debería ser un salto al vacío: el mapa educativo que construyen plataformas como Uniscopio

Terminar el Bachillerato y tener que decidir el rumbo académico es, para muchos estudiantes, casi un salto al vacío. En un momento clave de sus vidas, deben responder a una pregunta trascendental sin contar, en muchos casos, con una orientación adecuada. Por eso nacen iniciativas como Uniscopio, una plataforma educativa que facilita la búsqueda de estudios universitarios y ofrece asesoramiento especializado a quienes no saben por dónde empezar.

Aportar información valiosa que permita tomar una decisión con más conocimiento y más fundamentos de causa, ese es el objetivo de este tipo de plataformas.

Pero por muy valiosas que sean estas iniciativas, su sola existencia no es suficiente, la falta de orientación en nuestro sistema educativo debe ser abordada en un conjunto. La realidad es que la mayoría del alumnado preuniversitario no se siente bien orientado sobre su futuro.

En muchos institutos apenas hay recursos para guiar a cada estudiante en función de sus aptitudes e intereses. Los datos hablan por sí solos: alrededor de un 60% de los alumnos españoles de secundaria y Bachillerato lamenta la insuficiente orientación recibida.

Sin un acompañamiento adecuado, los jóvenes afrontan la elección de estudios con dudas, ansiedad e ideas preconcebidas. A menudo deciden a ciegas, influidos por tópicos o por la presión familiar y social (esa insistencia en escoger una carrera “con salidas” o en seguir la senda universitaria sí o sí), en lugar de contar con un verdadero análisis personal guiado por orientadores.

Esta falta de orientación contribuye también a una brecha de información.

Por ejemplo, la disyuntiva entre universidad y formación profesional (FP) se presenta con frecuencia de forma distorsionada. Muchos jóvenes ni siquiera contemplan la FP como opción viable, ya sea por desconocimiento o por ciertos prejuicios que todavía persisten.

El resultado es que potenciales profesionales brillantes en ciertas áreas acaben en carreras universitarias que no les motivan, o que alumnos con vocación práctica nunca descubran ese camino alternativo, desencadenando en un alto abandono de estudios.

Cuando la información sobre las distintas rutas educativas no llega por vías tradicionales, las decisiones tienden a basarse en estereotipos o en consejos desinformados, dejando de lado itinerarios formativos actualizados a los tiempos modernos, que podrían encajar mejor con las habilidades de cada uno, y con las necesidades del mercado actual y futuro.

Las consecuencias de elegir estudios sin el debido asesoramiento son palpables y preocupantes. Muchos estudiantes descubren demasiado tarde que la carrera escogida no era lo que esperaban.

Se sienten frustrados, desmotivados y, en no pocos casos, abandonan los estudios o los cambian por otros. No sorprende así que las tasas de abandono en la educación superior sean altas en España: cerca de un 33% de los universitarios no termina la carrera que inicia.

Detrás de ese dato frío hay historias de jóvenes que malgastan tiempo, esfuerzo y recursos económicos en un camino que no era el suyo. Cada abandono representa una oportunidad perdida y un golpe a la autoestima de quien quizá, con mejor orientación inicial, habría encontrado su lugar a la primera.

¿Qué falla en el proceso? Principalmente, que la orientación académica y vocacional sigue sin ser prioritaria en nuestro sistema educativo. A menudo se deja para el final de Bachillerato, cuando el estudiante ya está con un pie en la universidad, en lugar de trabajarla desde etapas más tempranas. Cuando en este 2025, más de 300.000 jóvenes realicen las pruebas de selectividad, debemos trabajar en una línea en la que todos ellos, se sientan más seguros sobre la decisión que tomarán tras las pruebas.

Se necesitan más orientadores profesionales en los centros, más espacio para que el alumnado explore sus intereses y capacidades, y una conexión real entre el mundo educativo y el laboral.

También hace falta un cambio de chip social: entender que no existe un único camino “correcto” y que la felicidad profesional no depende solo de acumular títulos universitarios.

Elegir qué estudiar no debería convertirse en una fuente de angustia y estrés, ni en una lotería donde uno acierta o se equivoca por azar.

Cada joven merece sentirse acompañado en esa decisión trascendental.

Las nuevas iniciativas de orientación online aportan un valioso granito de arena, pero es imprescindible que instituciones educativas y sociedad en conjunto asuman una responsabilidad orientadora.

Ofrecer a los jóvenes las herramientas, la información y el apoyo necesarios para que descubran su vocación es, en última instancia, una inversión de futuro: la base para una generación más realizada, competente y segura de su papel en el mundo.

Pabilo Editorial
El Recreo Diario
El Recreo Diario es un periódico escolar, educativo y cultural. Entre nuestros objetivos está ofrecer contenidos actuales y frescos para lectores curiosos e inquietos. También queremos servir de plataforma de debate y retroalimentación entre todos los agentes de estos sectores claves para una sociedad sana y moderna.