Nunca se está preparado para ser padre. Las responsabilidades que se tienen con los hijos son algo que solo se aprende a manejar con la experiencia y con mucha paciencia. Por eso, es muy habitual cometer una serie de errores que pueden afectar en mayor o menor medida a la educación, formación y desarrollo de nuestros hijos.
Si no quieres que eso te pase a ti, hay ciertas recomendaciones que puedes seguir. Bien es cierto que no existe un manual definitivo e inamovible sobre cómo ser padre, ya que al final cada familia tiene sus propias circunstancias y necesidades. Sin embargo, sí que hay varios factores que se deben tener en cuenta, sobre todo mentiras muy extendidas sobre la educación y, también, verdades muy necesarias sobre esta. Aquí vas a descubrir ambas cosas.
5 mentiras sobre la correcta educación de un hijo
Siempre hay recomendaciones, y no siempre son buenas. Por eso, si quieres evitar caer en errores muy comunes y básicos al educar a tus hijos, te recomendamos que prestes a atención a las 5 grandes mentiras sobre cómo educar bien a un hijo:
- Mano dura – Aplicando castigos severos solo se consigue enseñar a través del miedo y cabe la posibilidad de que se genere resentimiento. Con esto no se enseñan las habilidades para resolver problemas, ni tampoco se está fomentando realmente el aprendizaje. Se está atemorizando para limitar un comportamiento, cuando se puede sacar una lección muy valiosa de cada momento.
- Jugar no enseña – Uno de los errores más extendidos. El juego es una actividad perfecta para fomentar el aprendizaje de los hijos, desde valores hasta motricidad o conceptos de cualquier asignatura. Por eso mismo, los mejores centros de Educación infantil en valencia han desplegado importantes estrategias para la formación a través de las experiencias lúdicas. Es uno de los métodos más efectivos.
- Mejor prevenir que curar – La prevención es buena, pero los niños deben equivocarse, ya que es así como pueden aprender de los errores y, también, aprender a desarrollar la resiliencia necesaria para adaptarse a cualquier circunstancia. Ya lo dice la frase: «Errar es de sabios».
- Obediencia sin cuestionar – Es cierto que la disciplina es importante, pero eso no implica sumisión, y la obediencia sin cuestionamiento es exactamente eso. Si quieres que tus hijos desarrollen un pensamiento crítico, deben poder expresas sus opiniones. Si están equivocados, es vuestro deber explicarles por qué y qué tienen que hacer. Solo así podrán desarrollar mejor su intelecto y sus emociones.
- El amor lo es todo – Por supuesto que hay que criar y educar a los hijos con amor, pero una buena educación y formación pasa también por la paciencia y el establecimiento de límites claros, además de un entorno bien estructurado y equilibrado. El cariño es fundamental, pero no se puede depender solo de él.
5 verdades sobre la correcta educación de un hijo
Al igual que hay muchas mentiras extendidas sobre una buena educación, también hay verdades muy interesantes a aplicar si quieres ayudar a tus hijos en su correcto desarrollo y formación. Aquí te vamos a dar las 5 más extendidas y comprobadas:
- El ejemplo es vital – Las figuras paternas son esenciales para la crianza y el desarrollo de los niños, por eso hay que darles ejemplo. Aprenden todo lo que ven y oyen, por eso es fundamental mostrar respeto, empatía y honestidad, amén de otros valores y comportamientos que se asimilan desde pequeños a base de observar.
- La comunicación debe ser abierta – Las personas deben aprender a escuchar sin prejuzgar, a poder conversar de forma honesta, clara y con confianza. Eso es algo que también se debe desarrollar en casa, permitiendo una comunicación abierta entre ambas partes y, por supuesto, volcando esfuerzo en hacer sentir a los hijos valorados y comprendidos.
- El refuerzo positivo es más efectivo – Es mucho más útil compensar un buen comportamiento que aplicar un castigo exagerado por un mal comportamiento. El elogio de las buenas conductas invita a repetirlas, reforzando la autoestima, promoviendo el buen comportamiento y construyendo una personalidad mucho más constructiva, valga la redundancia.
- No hay dos niños iguales – No importa que sean familia, que se crien en el mismo entorno o que hagan las mismas cosas: no hay dos niños iguales. Cada niño es diferente y cada padre debe saber adaptarse a las características de cada retoño para poder gestionar correctamente sus necesidades, su temperamento y su desarrollo. No es fácil, pero es fundamental.
- Los límites son necesarios – Aunque quieras a tus hijos con todo tu corazón, hay que marcar límites y estos deben ser totalmente claros y consistentes. Así, los niños aprenden que no pueden hacer todo lo que quieran y, además, aprenden también a lidiar con las normas y su propia frustración, algo que favorece su desarrollo emocional.
Toma nota de ellas y, ahora, prepárate para lo verdaderamente difícil: aplicarlo todo. La formación de tus hijos puede ser sencilla si acudes a los centros adecuados, pero la educación es algo más complicado, ya que requiere mucha dedicación, mucha paciencia y, por supuesto, mucho amor. Y no os preocupéis, porque los padres también pueden equivocarse.