La violencia que padecen muchos docentes por parte de sus alumnos ha salido de nuevo a la palestra después de la última agresión que se ha conocido, la sufrida por una profesora el pasado 28 de enero en el IES Azahar de Sevilla, cuando un alumno de segundo de ESO le pegó un puñetazo en la cara y escupió cuando le pidió que se colocara correctamente la mascarilla y dejara de usar el móvil en clase.
Ante este suceso, que se saldó con la detención del menor por parte de la Policía Nacional, imputándole un delito de atentado a la autoridad y lesiones, los compañeros de la profe agredida han emitido un comunicado en el que ponen el foco en la «violencia de baja intensidad» que se vive en muchos centros educativos. Así, un grupo de profesores del IES Azahar de Sevilla afirma lo siguiente:
«Si bien este es un hecho singular por su gravedad, no podemos tomarlo como un suceso puntual aislado. En muchos centros educativos los desprecios, insultos y agresiones verbales hacia profesores son constantes entre ciertos alumnos. Estas provocaciones son presenciadas a diario por el resto de compañeros del aula que las han normalizado, y son sufridas por los profesionales de la enseñanza que, en muchos casos, las soportan resignados, dada la falta de efectividad de las medidas disciplinarias adoptadas. Por todo ello, afirmamos que lo sucedido el viernes 28 es la consecuencia final de esta cadena de violencia de baja intensidad que no se ataja con la efectividad necesaria y que crea una peligrosa sensación de impunidad entre esos alumnos conflictivos de nuestros centros educativos».
