La Plataforma Escuelas de Calor ha convocado para los próximos 25 y 26 de enero una protesta de «aulas vacías» para mostrar «el rechazo a la gestión infame» que la Consejería de Educación y Deporte está haciendo en los centros educativos y en «repulsa» por el «maltrato al que somete a toda la comunidad educativa con frío, viento, lluvia, virus», mientras «sigue sin hacer nada».
En un comunicado remitido al El Recreo Diario, el colectivo indica que «en un momento de descontrol absoluto de la pandemia, donde los cierres perimetrales por superar la incidencia acumulada superior a los 500 casos/100000 habitantes crecen por día, donde se nos está recomendando que limitemos al máximo el contacto social y no superemos las 4 personas convivientes en reuniones, los centros educativos siguen abiertos como si fueran ajenos a esta realidad. Esto es ser irresponsables y un flagrante maltrato institucional. Se vulneran derechos».
En esta línea, lanzan la exigencia de que «se interrumpa la educación presencial de manera preventiva al menos en estos momentos en que la curva de contagios no para de subir, en coherencia con el resto de medidas que se están tomando en Andalucía y por contribuir a evitar el colapso sanitario, pues la situación es alarmante en muchos hospitales. Somos conscientes de la necesidad de la educación presencial como la única garante del derecho a la educación, pero la salud debe preservarse. No debemos olvidar que estamos en esta situación porque no se invirtió ni se tomaron las medidas adecuadas en su momento. No se controla igual el SarsCov2 en clases de baja ratio que en aulas hacinadas sin distancia social de seguridad».
Y todo ello, porque, según asegura Escuelas de Calor, «pese al discurso oficial” las madres y padres de la plataforma comprobamos cómo en los colegios e institutos de nuestros/as hijos/as cada vez hay más positivos o alumnado en cuarentena. En el profesorado también está habiendo PCR positivas y sienten que no se cuida su salud laboral, como si fueran trabajadores/as de otra categoría. En general, la comunidad educativa tiene miedo y está en una situación de indefensión porque sigue habiendo presiones para que las familias llevemos a los niños y niñas a sus centros educativos. La apariencia de “normalidad” parece ser lo que más le preocupa al señor Javier Imbroda».
«Las familias no llevaremos a nuestros hijos e hijas a clase esos 2 días y el personal docente y no docente que quiera secundar el paro pueden acogerse a la huelga educativa indefinida que convocó el sindicato Docentes por la Pública, que está en vigor hasta el 26 de marzo de este año pese a que la Consejería no envía información a los centros de su existencia».
«Es nuestra manera de exigir a la Consejería de Educación que dé una respuesta a la altura de las circunstancias, que ponga recursos económicos, humanos y materiales a disposición de la Educación Pública para bajar la ratio y que aplique la ley de bioclimatización con carácter de urgencia para mejorar el confort térmico y la calidad del aire en las aulas. Estas medidas son necesarias en tiempos de pandemia y sin ella, pero ahora son imprescindibles además por seguridad sanitaria. Entonces nos creeremos que le importa la salud de casi 2 millones de alumnos y centenares de miles de trabajadores/as docentes y no docentes de la enseñanza».