Salir de la zona de confort para repartir Educación por el mundo

Conocemos el proyecto The Upside Down Drawing, creado y llevado a cabo por Laura Campuzano y Elena Luca de Tena, dos maestras con la empatía como su principal herramienta educativa

Elena Luca de Tena y Laura Rodríguez con algunos de los niños que ayudaron con su proyecto.

Quienes tenemos la suerte de acceder a material escolar sin problema alguno obviamos que hay muchos lugares en el mundo en los que un lápiz y un papel son casi artículos de lujo. Por suerte, hay personas que no se resignan a esta situación y se alejan de la zona de confort para repartir Educación en lugares empobrecidos del planeta. Para tratar de acercar recursos y, con ello, regalar sonrisas a miles de niños y niñas cuyo proceso educativo está lleno de limitaciones materiales. Personas como Laura Campuzano y Elena Luca de Tena, dos maestras de Infantil con la empatía como principal herramienta educativa.

Con esta filosofía, Laura y Elena idearon el proyecto The Upside Down Drawing en el curso 2016-2017, cuando ambas trabajaban en el colegio Yago School de la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta: «Al ser maestras ambas, pensamos  en hacer algo relacionado con nuestra profesión donde, a la vez, pudiésemos aportar algo en este campo», explica Laura a El Recreo Diario. Así, comenzaron a dar forma a la idea y a ahorrar para emprender un viaje que se prolongaría durante cerca de un año. En octubre de 2017 comenzó la aventura educativa de Elena y Laura.

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A partir de esa fecha, las dos maestras visitaron zonas desfavorecidas de India, China, Filipinas, Vietnam, Tailandia, Laos, Camboya, Sri Lanka, Malasia, Indonesia y  Cuba: «Allí acudíamos a colegios, escuelas, centros educativos (que a veces eran una simple cabaña); tratamos con hijos de personas que conocíamos durante el viaje que necesitaban nuestra ayuda para mejorar sus condiciones educativas… un sinfín de sitios que visitábamos para llegar al mayor número de niños», detalla Laura Campuzano, que explica que el proyecto comenzó enfocado en la idea de la importancia de la Educación Infantil en zonas subdesarrolladas, «pero al llegar a lugares donde ni realmente la Educación Primaria era tan obvia, volvimos a darle forma al proyecto».

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Asimismo, crearon un crowdfunding «al que aportó muchísima gente y que gracias a ellos pudimos recoger una buena cantidad de dinero para dedicarlo a material escolar». Con estos mimbres, «nuestra labor era ir a centros en zonas desfavorecidas y, tras recoger dibujos de los niños, les proporcionábamos todo el material educativo que necesitaran. Esto fue desde lápices, ceras, gomas… hasta mapas y ordenadores para un proyecto de un centro de FP en Lombok, Indonesia». Así se entiende perfectamente el porqué de llamar al proyecto The Upside Down Drawing: su traducción viene a ser «dibujo al revés», y como resume Laura, «quisimos dar voz a los dibujos de los niños de zonas muy desfavorecidas, mostrar el otro lado del dibujo, el que se hace en lugares donde no hay papel, ni lápiz… La cara que no se ve de la Educación. Había colegios que no tenían aboslutamente nada y cuando llegábamos con material nos recibían como si fuéramos los Reyes Magos».

Tras 10 meses de viaje, Elena se instaló en Madrid y Laura, en China: «Las dos dedicándonos a nuestra pasión, educar. Tras dos años separadas y con una diferencia horaria que nos impedía seguir con el proyecto, por fin nos hemos vuelto a encontrar y lo hemos podido retomar».

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Ahora viene la segunda parte del plan que ya está en marcha: «Escribir un libro infantil dando voz a todos esos maravillosos niños que conocimos en el camino«.

 

 

Pabilo Editorial