Un equipo de investigadores de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y de la Fundación BIT han hecho un estudio con el objetivo de analizar la percepción y la capacidad de reconocer las noticias falsas o engañosas (fake news) entre los alumnos de grado de la UIB, ofreciendo los resultados del trabajo de campo realizado entre el 10 de febrero y el 13 de junio de 2020 entre el alumnado de la UIB.
La investigación se ha hecho en el marco de un convenio de colaboración entre ambas instituciones, y con la participación de Isabel Llodrà y Francina Mas, por parte de la Fundación BIT, y los doctores David Abril, Antonio Cerdá, Bartolomé Mut y Rubén Comas, por parte de la UIB.
A partir de una encuesta en la que han participado 830 alumnos de grado de la UIB y de la profundización en los resultados por medio de dos grupos focales con la participación de 12 de los alumnos, los investigadores destacan las conclusiones principales:
- Las redes sociales y la televisión son las fuentes más utilizadas para informarse. Pero, paradójicamente, las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea son los canales de comunicación que generan menos confianza entre los estudiantes de la UIB.
- La mayoría de los alumnos de la UIB no son conscientes de haber recibido noticias falsas; ni tampoco suelen comprobar si una noticia es falsa a la hora de compartirla.
- Se percibe un incremento de las noticias falsas en el contexto social y político de la Covidien-19, a través tanto de los medios de comunicación como de las redes sociales, y también se destaca un incremento del consumo de la información durante el confinamiento.
- Admiten haber creído noticias falsas, y comparten la predisposición a creerlas a partir de su posicionamiento / ideología como justificación. También dan más confianza / credibilidad si las informaciones provienen de fuentes cercanas, de su entorno.
- Se percibe una cierta normalización de las noticias falsas y resignación que se pueda detener la tendencia a la desinformación.
- Para evitar esta normalización de las noticias falsas y la desinformación, los alumnos proponen:
- La educación, particularmente el desarrollo del pensamiento crítico
- Normativa reguladora (aunque entre en contradicción con la libertad de expresión)
- deontología periodística
- Reducir los niveles de sobreinfomació / exceso de información
- Sobre la afectación de las noticias falsas respecto de la calidad de la democracia se desprenden las preocupaciones siguientes:
- La polarización de la sociedad
- Que generen pérdida de confianza tanto en el periodismo como en las instituciones
- Que la crisis generada especialmente con la pandemia implique un incremento de las noticias falsas y favorezca opciones autoritarias
Los autores del estudio señalan que las noticias falsas o engañosas están ligadas a dos conceptos clave: la información errónea o engañosa (que responde a la falta de rigor o de precisión en la información y en su transmisión, más que a una intencionalidad ) y la desinformación (información falsa que se difunde intencionalmente para engañar a quien la recibe) (Lazer et al., 2018). El matiz entre ambas radica en el hecho de que la información errónea puede ser involuntariamente inexacta, pero la desinformación es deliberadamente falsa o engañosa (Jack, 2017). Casi todas las noticias falsas pueden considerarse desinformación, ya que se crean o difunden con la intención de engañar (Knight Foundation, 2017). Últimamente, el término «noticias falsas» se ha utilizado de manera tan extensa que ha perdido o ha visto trastornado, en parte, su significado (Borchers, 2.017). Trabajos recientes han redefinido el término aportando diferentes matices a su conceptualización; por ejemplo, entre otras características las noticias falsas: poseen intencionalidad de engaño que pretende influir en la conducta, opinión y el pensamiento del receptor de la información (Allcott y Gentzkow, 2017); se basan en la difusión de información engañosa o incorrecta que se pretende hacer pasar por información veraz (Lazer et al., 2018); su falsedad es verificable (Allcott y Gentzkow, 2017); y, finalmente, están destinadas a generar ingresos o un beneficio a quien las crea y difunde (Marwick y Lewis, 2.017). opinión y el pensamiento del receptor de la información (Allcott y Gentzkow, 2017); se basan en la difusión de información engañosa o incorrecta que se pretende hacer pasar por información veraz (Lazer et al., 2018); su falsedad es verificable (Allcott y Gentzkow, 2017); y, finalmente, están destinadas a generar ingresos o un beneficio a quien las crea y difunde (Marwick y Lewis, 2017). opinión y el pensamiento del receptor de la información (Allcott y Gentzkow, 2017); se basan en la difusión de información engañosa o incorrecta que se pretende hacer pasar por información veraz (Lazer et al., 2018); su falsedad es verificable (Allcott y Gentzkow, 2017); y, finalmente, están destinadas a generar ingresos o un beneficio a quien las crea y difunde (Marwick y Lewis, 2017).