Lucía Vallellano, periodista de la Cadena Ser
El periodista Iñaki Gabilondo afirmaba recientemente en la inauguración de la segunda edición del interesante proyecto educativo ‘La Prensa en mi Mochila’, que impulsa la Asociación de la Prensa de Málaga, que la “curiosidad” es el elemento que propulsa nuestra capacidad de aprendizaje. La iniciativa pretende acercar el Periodismo a los colegios, una tarea que considero fundamental, porque que es en la enseñanza Primaria (también la Secundaria) donde reside la base de la sociedad futura. Donde se establecen los cimientos de los ciudadanos del mañana. Los niños son esponjas que absorben conocimientos.
Cuanto más se refuerce su educación en valores, mejores personas estaremos formando.
La curiosidad, decía, es un factor esencial para la profesión periodística, porque el periodismo trata, en definitiva, de preguntarse el porqué de las cosas y cómo contar lo que sucede en la sociedad. Esta cualidad sirve para cualquier faceta de la vida. Para la educación también. Expresaba Gabilondo que “gran parte de nuestro futuro depende de lo que nos cuenten y de cómo se nos cuente”.
De ahí, la importancia de que Periodismo y Educación vayan de la mano, de que convivan en una relación de reciprocidad. Más aún cuando la información periodística, lo que se cuenta en el periódico, en la radio y en la televisión, forma parte de la vida diaria del ciudadano. Los contenidos periodísticos, ahora potenciados por las nuevas tecnologías, que multiplican sus posibilidades, moldean nuestros hábitos de vida y nuestros comportamientos.
«es importante que se refuerce la educación en los centros educativos y preparar a los hombres y mujeres en el pensamiento crítico».
El mensaje periodístico tiene, pues, una función social, pero al mismo tiempo posee un componente manipulador que puede conducirnos a la adopción de determinados planteamientos, conductas y reflexiones que obedezcan a intereses mediáticos. Ahora que estamos inmersos en la era digital, esta aseveración cobra mayor sentido y debe ponernos en alerta para mantener la mente abierta frente a cualquier intento de dirigismo ideológico.
Uno de los mayores males para el Periodismo y para la sociedad en general son las denominadas fake news, término en inglés empleado para denominar a las noticias falsas o manipuladas. Cuantas más herramientas a nivel educativo se posean para combatirlas, más a salvo se estará de estar influenciados por estos contenidos perjudiciales para una sociedad democrática y basada en valores como la igualdad y la libertad. Las fake news pueden hacer mucho daño a la convivencia social. Por ello es importante educar en los valores y en las herramientas para combatirlas. Cuando antes se empiece en los centros educativos a detectarlas, mucho mejor. El buen periodismo tiene las suyas para contrarrestarlas y desmontarlas. Pero es bueno que el lector asuma también un papel crítico y activo para desenmascararlas. Para ello es importante que se refuerce la educación en los centros educativos y preparar a los hombres y mujeres en el pensamiento crítico. La escuela debe jugar en este sentido una función decisiva para preparar a las generaciones del futuro.